Cuando los niños todavía son pequeños, los padres o tutores son los responsables de que los más pequeños mantengan una correcta higiene bucal y en consecuencia, una buena salud dental.
La caries es una de las enfermedades dentales más comunes, siendo especialmente frecuente en edades tempranas por el hecho de tener, de forma generalizada, menos interiorizada la rutina de higiene bucal, además de aumentar el consumo de productos con alto contenido en azúcar.
Para evitar, en la medida de lo posible, la aparición de las primeras caries, los adultos pueden prevenirlo de diferentes maneras, entre ellas,
Protegerlos cuando son bebés: Si eres padre o madre alguna vez lo habrás hecho inconscientemente, y si no lo eres, habrá visto frecuentemente como cuando a un bebe se le cae el chupete, los padres, si no pueden limpiarlo de otra manera, se lo meten en la boca antes de dárselo al bebé. Esta tradicional costumbre no es aconsejable ya que a través de nuestra saliva estamos pasándole posibles bacterias al pequeño que más adelante pueden derivar en caries.
Empezar cuanto antes el cepillado dental: Educar al más pequeño de la casa en la rutina de cepillado diaria es fundamental para que, además de interiorizarlo y aprender de la importancia del cuidado bucal, se puedan evitar estas primeras caries. El cepillado al levantarse, después de la comida y antes de acostarse es fundamental.
Rutina alimentaria: Si el niño tiene una rutina alimentaria, el cuidado dental será más sencillo ya que es fácil que se encuentre en casa para el desayuno, la comida y la cena y así pueda cepillarse los dientes una vez haya terminado. En el caso de que se produzcan comidas entre horas, como una merienda fuera de casa es importante evitar azucarados o procesados priorizando el consumo de frutas.
Corregir una mala alimentación: Una buena alimentación es esencial para la salud, a nivel general y también a nivel específico para el correcto cuidado bucodental. La bollería industrial, comida ultra-procesada, zumos envasados e incluso las golosinas son una parte de la infancia que debemos evitar, apostando por una dieta equilibrada basada en verduras, cereales y frutas.
Visitas frecuentes al dentista: Es recomendable acudir al dentista cada seis meses o al menos una vez al año para una revisión. Además del peligro de caries, el odontólogo debe hacer seguimiento de la caída y crecimiento de las piezas dentales o su posición para adelantarse y poder corregir problemas futuros.
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