En lo que a cosmética y belleza se refiere, el ácido hialurónico se ha convertido en unas de las sustancias más populares y demandadas gracias a sus sorprendentes beneficios hidratantes, posicionándolo como el arma ideal en la lucha contra el paso de los años.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia que se produce, de forma natural, en nuestro organismo, siendo la encargada de aportar hidratación a órganos como la piel, y lubricando huesos y articulaciones formando parte del líquido articular. Este componente tan apreciado forma parte del colágeno que producimos, por ello ayuda a mantener, de forma específica, la piel tersa e hidratada.
A partir de los 30 años, la producción de ácido hialurónico comienza a descender, además, los agentes externos como la contaminación o la radiación a la que estamos expuestos día a día afectan a la producción de éste, que disminuye con el paso de los años.
Este hidratante natural es un polisacárido que, aun que se encuentra en diferentes partes de nuestro cuerpo, es en nuestra piel donde encontramos la mayor concentración de ácido hialurónico, aportando, tal y como hemos comentado, hidratación y elasticidad a ésta.
¿Para qué sirve el ácido hialurónico?
El uso más popular del ácido hialurónico es el estético, pero sus propiedades lo convierten también en una sustancia con usos y aplicaciones médicas:
Tratamientos antiaging
Casi el 50% del ácido hialurónico de nuestro cuerpo se encuentra en la piel, por ello, cuando esta sustancia comienza a descender con el paso de los años, las inyecciones de este líquido en el rostro proporcionan una hidratación extra a la piel frenando el envejecimiento de ésta, que se produce por la deshidratación y el paso de los años. Su uso contribuye principalmente a aportar elasticidad y volumen aminorando las arrugas y líneas de expresión.
Problemas articulares
El ácido hialurónico se encarga de lubricar las articulaciones teniendo a su vez una función amortiguadora al estar presente en el líquido sinovial, siendo este líquido el encargado de dotar a nuestras articulaciones la capacidad de absorción de impactos, entre otras funciones.
De esta manera, las inyecciones de ácido hialurónico se infiltran de forma frecuente en rodilla o cadera, para el tratamiento de problemas como la artrosis o el malestar en las articulaciones.
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