Halitosis: Cómo tratar el mal aliento

La halitosis, también conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca y es un problema que afecta una de cada dos personas.

¿Cuáles son las causas de la halitosis?

 

La boca contiene bacterias que descomponen los restos de alimentos y durante este proceso genera gases de mal olor, conocidos como compuestos volátiles de azufre. Estos gases malolientes se evaporan de forma rápida y son exhalados en el aliento.

Tener mal aliento es una condición desagradable tanto par la persona que sufre halitosis, como también para quienes lo rodean. La halitosis puede tener varios orígenes, pero principalmente sus causas más comunes son:

  • Dentales: No usar hilo dental ni cepillarse diariamente facilita el alojamiento de partículas de alimentos entre los dientes, la lengua y alrededor de las encías. Éstos, al descomponerse pueden causar mal aliento. Otros nichos orales causantes de malos olores son las piezas dentarias en mal estado o las restauraciones inapropiadas, la placa sobre los dientes, las dentaduras postizas y las prótesis removibles a las que no se les hace una higiene adecuada.
  • Periodontales: En los casos de gingivitis, periodontitis y abscesos periodontales, se han encontrado bacterias causantes de mal olor. La inadecuada higiene periodontal puede producir inflamación gingival, al formarse bolsas hipo-oxigenadas (entre la encía y los dientes). En las bolsas periodontales, se encuentran bacterias que son los causantes de mal olor.
  • Salivales: La saliva facilita la deglución de los alimentos, preserva la higiene oral y lubrica la boca. Además posee propiedades antimicrobianas y cumple la función de higienizar la mucosa oral, la lengua y los dientes, al arrastrar bacterias y compuestos, que pueden producir mal aliento. Todas las personas presentan mal aliento cuando el flujo salival es bajo. Este proceso se da durante el sueño (halitosis matinal), después de hablar por largos períodos de tiempo, al hacer ejercicio físico sin hidratarse correctamente, o cuando se presentan síntomas de boca seca (xerostomía).
  • Linguales: La parte posterior de la superficie de la lengua es el mayor nicho de bacterias anaerobias ya que es un ambiente pobre en oxigeno. Podría pensarse que eliminando la totalidad de bacterias de la lengua se solucionaría el problema de la halitosis. Sin embargo, no es recomendable, dado que las bacterias también cumplen una función protectora, pero cuando hay una higiene deficiente, las bacterias que causan el mal aliento proliferan.

¿Cómo saber si tengo halitosis?

Si tienes sospechas de sufrir halitosis, puedes seguir los siguientes pasos para descubrir si tienes mal aliento, previa consulta a un odontólogo:

  • Cubre con la mano nariz y boca
  • Aspira y exhala para oler el propio aliento
  • Si es olor es desagradable, consulta a un odontólogo

Para prevenir el desarrollo de enfermedades periodontales que puedan provocar una desagradable halitosis, se recomienda incorporar los siguientes hábitos en la rutina diaria:

  • Cepillado de dientes: Mínimo tres veces al día o después de cada comida. El tiempo que debes dedicar al cepillado debe ser desde dos minutos.
  • Cepillado de lengua: Se recomienda cepillar la lengua a diario para eliminar bacterias que se encuentren en su superficie.
  • Uso de seda o hilo dental: Para eliminar restos de comidas y su posterior descomposición, el uso de seda o hilo dental se debe incorporar en la rutina diaria de cuidado de los dientes.
  • Enjuague bucal: El uso de enjuague bucal en cada cepillado, ayuda a combatir la aparición de caries y placa bacteriana.
  • Consulta con un profesional: Consulta al odontólogo de manera periódica para descartar la presencia de enfermedades periodontales. El tratamiento para la halitosis está orientado a disminuir el número de bacterias productoras de mal olor, así como la volatilización de productos malolientes. Para ello, el profesional debe enseñar al paciente el uso de elementos para la limpieza proximal (dentadura) y lingual, ya sea con el mismo cepillo de dientes del paciente o con limpiadores linguales. También se pueden indicar enjuagues con antisépticos específicos para esta patología.

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